La formación de estos agentes estuvo a cargo de la subcomisaria Sandra Jaimez, directora del Departamento Escuela de Suboficiales y Agentes “Sargento Primero Domingo Salinas” de la localidad serrana.
No fue un egreso como los que comúnmente se realizan en la fuerza policial. El cursado estuvo marcado por la actual situación de pandemia, que obligó a establecer un protocolo que se cumplió al pie de la letra para que los aspirantes puedan seguir su formación y ya comiencen a desarrollar su labor en diferentes unidades policiales.
Fueron más de 90 días. Los aspirantes estuvieron internados en la institución bajo el sistema conocido como “cápsula”, lejos de sus familiares y amigos. El único contacto fue a través de redes virtuales. Y allí, junto a ellos y ellas, estuvo la directora Jaimez, quien convivió con ellos al igual que instructores e integrantes del personal. Su apoyo fue más importante que nunca.
Entre la emoción de la despedida de los nuevos agentes, Jaimez comentó que desde el primer día se puso en sus zapatos: “Los acompañé desde el momento en que se internaron, para poder sentir lo que ellos sentían. Junto al resto del plantel los contuvimos. Si uno decaía, todos lo levantábamos”.
Jaimez es madre. Muchos de los aspirantes también tenían hijos esperando en casa. La contención se convirtió en un factor muy importante para sobrellevar todo el tiempo de aislamiento en medio de la pandemia. Incluso se sumó un psicólogo interno, quien cumplió una labor muy importante.
“Convivimos tres meses juntos y ahora vino la separación, y la emoción de reencontrarse con sus seres queridos. Son tres meses separados. Ahora en estos momentos van a llegar a sus casas, recibidos de agentes de seguridad y esperando el reencuentro con sus familias", manifestó.
La subcomisaria recordó que el ingreso de los aspirantes se produjo en noviembre de 2019. Pero en marzo, debido a la pandemia, se tuvo que suspender la modalidad de internado. Fue así que se utilizaron herramientas virtuales para continuar las clases, hasta que en julio se dispuso el reinicio de las clases prácticas presenciales.
El Ministerio de Salud elaboró un estricto protocolo junto a Jefatura de Policía de Río Negro para poder continuar con el cursado, siempre preservando la salud de cada aspirante y de cada miembro del personal de la Escuela. Se incluyó 14 días de aislamiento previo en la Escuela de Cadetes, los cuales hay que sumarlos a los 93 de cursada en Sierra Grande.
“Desde el momento que ingresaron hasta que se fueron tuvieron el control de temperatura antes de pasar al desayuno, luego a la tarde y antes de ir acostarse. Se hacía de lunes a domingo. Obviamente también cumplieron con todas las medidas de higiene y se tuvieron que modificar las aulas y el comedor, para mantener el distanciamiento”, explicó.
Jaimez destacó el trabajo conjunto y transversal desarrollado para lograr este objetivo: “Muchas personas y muchos organismos colaboraron para que realmente esto se logre. De lo contrario no hubiera sido posible, no es fácil tener 126 aspirantes en una pandemia”.
“Es un trabajo muy minucioso para contener a cada uno de ellos. Son muy jóvenes. Esto no fue fácil, esta pandemia nos ha llevado a que tengamos que convivir con los videollamadas. Se comunicaban tres veces a la semana con sus seres queridos. Y los familiares también los extrañaban. Después de cada llamado, el grupo de instructores trabajaba para fortalecerlos”, explicó.
El sentido de vocación quedó más que demostrado. Los egresados y egresadas eligieron hacer el esfuerzo de internarse en plena pandemia, sabiendo que no tendrían contacto alguno con el afuera. “Son futuros servidores públicos, esta es su vocación. Querían esto y por eso llegaron hasta acá, por eso soportaron estar separados de sus seres queridos. En todo momento salieron adelante. Ahora tienen que aplicar lo que se les enseñó en esta escuela que es el respeto, la disciplina, la humildad -ante todo- y ayudar a la población", concluyó Jaimez, visiblemente emocionada.