Desde Epidemiología señalaron que el monóxido de carbono “es un gas venenoso, sin color ni olor, por lo que se lo conoce como el asesino invisible” y se produce “por la combustión incompleta del carbono presente en materiales tales como leña, carbón de leña, gas, kerosene, alcohol, gas oil, nafta”.
“La inhalación e intoxicación por monóxido de carbono produce que éste reemplace al oxígeno en el torrente sanguíneo. En consecuencia, la falta de oxígeno hace que sufran el corazón, el cerebro y el cuerpo. Los síntomas pueden variar de una persona a otra”, indicaron.
Por otro lado, destacaron que “el principal riesgo de este tipo de intoxicación es que en muchos casos la persona no es consciente de los síntomas. Éstos pueden ser dolor de cabeza, náuseas o vómitos, mareos, acompañados de cansancio, letargo o confusión; desmayo o pérdida de conocimiento y alteraciones visuales”.
Las recomendaciones del área ante la aparición de los primeros síntomas son ventilar el ambiente y recurrir a un centro de salud, hospital o asistir a un servicio de emergencias e informarle al personal médico sobre la sospecha de estar sufriendo intoxicación por monóxido de carbono”.
Desde Epidemiología expresaron que ante la sospecha de estar padeciendo una intoxicación se debe salir a tomar aire fresco inmediatamente, abrir ventanas y puertas, apagar los artefactos de gas y evitar permanecer en el domicilio.
Cómo prevenir la intoxicación
• Controlar las instalaciones y el buen funcionamiento de artefactos
• Mantener los ambientes ventilados
• Controlar la correcta instalación y el buen funcionamiento de los calefones, termotanques, estufas a gas, salamandras, hogares a leña, calderas, cocinas, calentadores, faroles y braseros.
• Examinar especialmente las salidas al exterior de hornos, calefones, estufas y calderas para asegurarse que están permeables y en buen estado.
• Comprobar que los ambientes tengan ventilación hacia el exterior
• Ventilar toda la casa una vez al día, aunque haga frío.
• Si se encienden brasas o llamas de cualquier tipo, no dormir con éstas encendidas y apagarlas fuera de la casa.
• No usar el horno u hornallas de la cocina para calefaccionar el ambiente.
• No mantener recipientes con agua sobre la estufa, cocina u otra fuente de calor.
• No encender motores a combustión (grupos electrógenos, motosierra, etc.) en cuartos cerrados.
• No arrojar al fuego plásticos, goma o metales porque desprenden gases y vapor que contaminan el aire”.